GINNA (TAN HUMANA COMO TU Y MENOS COMPLICADA QUE ANTES)

Vivo bien como protagonista de mi propia historia y con la emosionante vida que me toco. Amiga intima de mi corazán, portadora de una linda cicatriz, amante fiel de la familia y seres queridos. Cabello lacio, negro, ojos color café, piel canela. A veces sueño despierta y otras despierto en medio de los sueños, me fascina el arroz, amo lo natural. Viviria sin café, moriría sin fe y sin ínternet. Escritora en mi tiempo libre, llevo el despiste a flor de piel, conductora arriesgada, mecanico de quinta, malhablada irremediable,coqueta de nacimiento. Miembro active desde Enero del 2008 del club salvador del planeta. Bulliciosa, extrovertida (ahora), medio loca, ocurrida. La segunda de 3 hermanos. Soy la hija del medio, la hija "sandwich" a la que nadie conciente, a la que nadie mima, pero en la familia... todos la quieren!!!!. Romántica a morir, optimista, vaga para hacer ejercicios, convencida de los placeres de la vida, los mejores comer y dormir que rico comer, que bueno dormir! Mama de una hija un poco mas loca que yo, mi verdugo, mi balanza, mi cable a tierra, mi bebe. Creyente del amor mas grande, de Dios, de la fuerza superior que nos levanta y salva siempre. Para no hacer mas largo el cuento (chino) vienbenidos a mi mundo, bienvenidos a mí.
Yo mientras tanto opto por parecerme cada día a lo que siempre quise ser, ser yo misma, ser feliz.
















18 June 2009

DEL "VINO" AL HECHO HAY UN GRAN TRECHO.



- ¿Algún rato para tomarnos un vinito pues? fue lo que me dijo en una de esas platicas fugaces que a veces tenemos.
- Por que no, me gusta la idea. Ya veremos cuando, conteste con mi nata coqueteria.

No soy mucho para el vino pero con una buena compañía la vena se abre y pasa no más. Cuando alguien me invita a algo parecido siempre encuentro la excusa perfecta para decir “amablemente, no puedo” Pero con el no pude, mejor dicho no quise. Y, este pasado fin de semana, luego de varias miradas, sonrisas, toque de mano que ya habíamos vivido volvió a invitarme y termine dando el si.

-¿A dónde vamos? –pregunto la noche en que salimos, como dándome la opción a mi para decidir el lugar.
-No se. Yo no conozco muchos lugares por allá, es mas casi ninguno conozco -respondí relajadamente y zafándome del compromiso de decir a donde nos dirigiríamos.

- No vayamos a un lugar Hispano. _ Sugerí.
Hasta ese momento habíamos coincidido en varias cosas. -Yo tampoco quiero un lugar así, quiero algo diferente.
Y terminamos por arribar a gringolandia.

-OK, ¿quieres tomar algo? -me dijo después de un rato de haber llegado.
- “Si, pero no se que” - respondí indecisa.

-Era vino no? –pregunte con una sonrisa.
-Tambien sonrío y dijo: Si, pero mejor opto por un whisky.
-Hay no! -whisky guácala.
-No, para usted no, whisky es trago de hombres.
-Ah bueno (pues no sabia y que?) -sonreí también.
-Yo quiero una margarita. –Si, en las rocas por favor.

Ya allí después de haber olvidado al “vino” recordamos nuestros tiempos idos y no volvidos en la mitad del mundo, osea el lindo Ecuador, el país que a los dos nos vio nacer. Amenamente hablamos, el me contaba de sus días en Quito, su ciudad natal. Yo de mi Sucúa, el pueblito en la selva. Bailábamos de rato en vez. Como estaba buenísima la escapadita el tiempo pasó volando. Llegaron también varios amigos y amigas de el, saludaron. Algunos nos miraron con curiosidad, otros satisfechos y contentos.

Hablamos y bailamos toda la noche. La plática estaba basada en nosotros, nos concentramos en los dos. En mi y en el. Recordamos como, en donde y del mucho tiempo que nos conocemos ya, en lo que nos ha pasado en todos estos años.

Nos divertimos mucho, estábamos contentos incluso de poder hablar de las heridas que un día nos dolieron y que ahora nos causan chiste o nos tienen sin cuidado.

Terminada la noche, empezada la madrugada nos reconocimos. Nos miramos, el abrazo calido que nos dimos fue indescriptible. Nos confesamos mutuamente que desde hace tiempo ya veníamos sintiendo una atracción que por algunos “compromisos” ninguno de los dos se atrevía a confesarla. No paso mucho rato de sucedida la confesión y sanamente nos dejamos llevar.

Descubrí que es bueno recordar cosas y olvidar otras. Vivir el momento, los ratos lindos que nos da la vida con algo o alguien nuevo y bueno. Descubrí también que es bueno mirar al pasado de reojo por última vez, soltarlo y dejarlo de una vez y por todas atrás.